Una casa de apero construida en los años 70 en terreno rústico a las afueras de Segorbe convertida en una vivienda sostenible y con mucha calidez.

Lo más importante en este proyecto era comunicar el espacio interior con las muchas hectáreas de terreno que rodea la casa con diversidad de árboles plantados que hacen del paisaje un lienzo que cambia con las estaciones del año.

Otra premisa era hacer una casa lo más sostenible posible abordando este requisito desde distintos prismas. Lo primero que hicimos es hacer una adecuada distribución para sacar el máximo rendimiento a las horas de luz. Instalar unas ventanas de alto rendimiento y que aislaran la casa al máximo. Para la calefacción se planteó una estufa de pellets en el centro de la casa para calentar la totalidad de la vivienda. Se instalaron placas solares en el tejado que alimentan todos los aparatos electrónicos y electrodomésticos de bajo consumo.

Elegimos materiales naturales y artesanales en distintas zonas de la casa como en el baño o cocina.

Maderas naturales para el mobiliario. Tonos claros y neutros para hacer los espacios amplios y luminosos.